DESARROLLO SINDICAL EN COLOMBIA
Remontándonos a la
historia encontramos que las primeras asociaciones de trabajadores en Colombia
se conformaron a principios del siglo XX. Estas, después de un esfuerzo que se extiende hasta los años
sesenta, alcanzaron un máximo de representación de la fuerza laboral de 12.5%;
a partir de ese momento, la representación disminuyó hasta alcanzar tan solo un
4.6% en 2005, tendencia que se mantenido hasta la fecha.
En cuanto a su
integración, más de 62% son empleados al servicio del Estado, y cerca del 50%
de los trabajadores estatales están sindicalizados y solo el 2% de los privados.
Es necesario remontarse a
la creación de la organización sindical, que en opinión de diversos autores se
originó en el desarrollo industrial, que trajo consigo una explotación del ser
humano, quien laboraba extensas jornadas de trabajo en condiciones de miseria,
situación que supuso la necesidad de agrupación por parte de los trabajadores
para lograr mejores condiciones de vida. Sobre el rol político que juegan los
sindicatos encontramos corrientes que se contraponen, como la planteada por
Marx, en la que la organización sindical tiene un papel destructor de todas las
políticas estatales que defiendan la propiedad privada; o la defendida por
Lenin, que identifica al sindicato como una organización que sirve de soporte
al gobierno en la adaptación e incursión de la organización existente. Así
mismo, las escuelas liberales intervencionistas conciben el sindicato como un
instrumento que coadyuva a que el Estado pueda lograr un equilibrio en las
relaciones entre trabajadores y empresarios, y le otorga una serie de
mecanismos legales para que intervenga en este proceso.
Los logros alcanzados por
el sindicalismo desde el punto de vista jurídico se encuentran en acuerdos
contractuales –convenciones colectivas– o en normas jurídicas generales –leyes,
decretos, resoluciones etc.; esto último ocasiona que los jueces no siempre
fallen en unas oportunidades a favor de los trabajadores y en otras ocasiones
en contra.
Desde el punto de vista
económico, se asocia la contribución del sindicato a inculcar en los
trabajadores la disciplina industrial, cuya ausencia conlleva bajos niveles de
productividad, al tiempo que logra distribuir el ingreso, lo cual es deseable
desde el punto de vista del desarrollo.
No obstante hay quienes
sostienen que el sindicalismo constituye una barrera para el desarrollo
económico, debido a que hace peligrar la estabilidad monetaria y causa una
espiral inflacionaria a corto plazo originada por problemas de balanza de
pagos, déficit fiscal o crisis de producción.
En los regímenes
democráticos, la finalidad económica del sindicato es eliminar la competencia
de los desempleados y lograr salarios mayores al mínimo necesario para su
subsistencia.
EL DECLIVE DE LOS SINDICATOS EN COLOMBIA
El propósito de esta
investigación no es profundizar sobre todas y cada una las causas que
originaron la pérdida de fuerza y presencia del movimiento sindical en
Colombia; desarrollaremos exclusivamente una de las razones que provocaron este
declive: la relacionada con el conflicto armado y las políticas estatales
respecto a este. Resulta pertinente aclarar que el hecho de limitar el objeto de
estudio no significa desconocer ni restar importancia a otras razones que han
contribuido a esta crisis.
EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA
El conflicto armado en
Colombia se inició en el siglo XIX con las luchas de poder que se presentaron
entre los simpatizantes de los partidos Liberal y Conservador, quienes estaban
encaminados a una política de extrema izquierda y de extrema derecha
respectivamente. El descontento de estos grupos por tratar de lograr el
bienestar según lo que consideraban mejor para el país dio lugar a la creación
de grupos armados que generaron el conflicto que aún persiste.
Las grandes
multinacionales también han influido en la desaparición del movimiento sindical
en Colombia; investigaciones sobre el tema muestran que compañías como Coca -
Cola se han visto implicadas en el asesinato de dirigentes sindicales; así
mismo, empresas como Texas Petroleum Company, British Petroleum o Union Fenosa
y el grupo Drummond han sido demandadas internacionalmente por grupos de
sindicalistas.
La impunidad, acompañada
de la cada vez más generalizada situación de violencia, se refleja en informes
como el siguiente, realizado por la Escuela Nacional Sindical (ENS): Sobre el
movimiento sindical pesa una grave crisis humanitaria que se expresa en los
2.515 sindicalistas asesinados en veintiún años, en el hecho de que en promedio
anualmente más de la mitad de los asesinatos contra sindicalistas en el mundo
ocurren en Colombia, y en la permanencia de una cultura antisindical que sigue
catalogando al sindicalismo colombiano como connatural a la insurgencia y como
un estorbo para el progreso económico de las empresas y el país.
Estas afirmaciones se
corroboran contundentemente con los reportes anuales de derechos humanos de la
Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, CIOLS, que
muestran que durante los últimos siete años. Colombia ha presentado el mayor
índice de violaciones contra los derechos de los sindicalistas en el mundo.
Colombia es un país donde
defender los derechos fundamentales de los trabajadores significa, con mayor
probabilidad que en ningún otro país, sentencia de muerte, a pesar de la
campaña de relaciones públicas del Gobierno colombiano en el sentido contrario,
así lo manifestó el informe anual sobre las violaciones de los derechos
sindicales en 2010
De todo lo anterior queda
claro que la situación de violencia contra los sindicalistas ha rebasado los
topes controlables, y que la impunidad demuestra la falta de interés del Estado
para solucionarlo, pues a pesar de los llamados de atención que hace este grupo
afectado, así como las entidades internacionales protectoras de derechos
humanos, no hay reacción positiva de los órganos judiciales y policivos, sino
que se ve una actitud pasiva al respecto, traducida en negligencia e
irresponsabilidad estatal.
Revista de derecho, universidad del norte, edición
especial: 189-213, 2012 ISSN: 0121-8697 (impreso) • ISSN: 2154-9355 (on line)
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